Saludos a todos.
MARIA
ANTONIETA
Reina de Francia y la Tragedia del
Fontainebleau
Tragedia en Cuatro Actos
De
Enrico Puccini
Personajes
María Antonieta; Reina de
Francia, esposa de Enrique IV
Enrique IV; Rey de Francia
Gastón; Consejero del Rey
Hortrud; Esposa de Gastón y
dama de compañía de la Reina
Matilde; Amante de Gastón
Rodrigo; Embajador de España
Fray Maurice; Gran
Inquisidor de Francia
François; Notificador del
Inquisidor
Sirvientes, guardias y niños
ARGUMENTO
La
acción se desarrolla en Paris y Fontainebleau cerca del año 1600
ACTO I
Escena 1
En la Catedral de Chartres
Los
trompetas imperiales anuncian la entrada de los nuevos reyes de Francia, están
todos reunidos en capilla principal de la catedral, el lujo se nota por todas
partes, embajadores, ministros, miembros del clero, nobles y burgueses esperan
la entrada de los príncipes a la gran ceremonia de coronación.
Se nota el júbilo por todos lados, un
anunciante pide la atención de todos los presentes; han llegado los príncipes.
Se
abre la gran puerta del salón y entra Enrique del brazo de María Antonieta, los
dos jóvenes están entusiasmados al ver a todos los presentes, saludan a todos y
agradecen su presencia. Una lluvia de aplausos y vivas a los jóvenes se escucha
en aquel salón.
Los
príncipes suben una pequeña escalinata en donde se encuentran sus próximos
tronos, a lado de estos se están la corona y el cetro del Reino de Francia.
El
anunciante pide de nuevo la atención de todos los presentes ya que Fray Maurice
de Boissieu se dispondrá a coronar a los jóvenes como Reyes de Francia, todo
se hace silencio y el clérigo toma el
papiro que le ha encomendado la santa cede y procede a coronarlos.
Una
vez coronados un sequito de guardias imperiales entonan el himno de la Francia
y reverencian a los nuevos reyes.
Escena 2
Jardines del Palacio de Fontainebleau
María
Antonieta disfruta de su estadía en aquel palacio, que es todo un cuento que su
madre le contaba cuando era una niña, los sirvientes le atienden en cualquier
capricho que a la reina se le pueda ocurrir, el ambiente campestre de aquel
lugar en esa mañana veraniega es parte de cualquier sueño de princesas. María
Antonieta esta siempre acompañada de su fiel dama; Hortrud la cual esta al
pendiente de la ahora reina, la joven compañera es esposa de Gastón, ella no
vive una vida del todo agradable a lado de este hombre, ya que fue obligada por
sus padres a contraer matrimonio.
Hortrud
pide a los sirvientes dejarla a solas con la reina, ya que busca un poco de
privacidad, los sirvientes preguntan si la reina concede la petición de su
dama, y ella asintiendo, ordena que la dejen sola, y les recuerda que las órdenes
que de su dama deban ser obedecidas como si fuesen dadas por la misma reina.
Los
sirvientes proceden en marcharse y ya a solas, Hortrud se llena de lágrimas, la
reina sorprendida, pregunta que es lo que hace sufrir a su dama. Hortrud
simplemente contesta que es infeliz, su matrimonio nunca ha sido tal, y esta
con aquel hombre para cumplir el trato que había realizado sus padres con los
condes de Castilla padres de Gastón.
María
Antonieta, da un poco de consuelo a la joven y le pide que sea fuerte ya que
fueron designios de su familia y de Dios, la dama niega su realidad y sin
embargo espera pronto terminar con ese hombre sea como sea.
María
Antonieta desconcertada le pide que no hable así ya que debe ser obediente ante
el matrimonio y ser buena esposa.
Hortrud
le comenta a la reina que no debe de pensar de esa manera por que las personas
no son como parecen. María Antonieta sorprendida pide claridad por parte de su
dama, ella contesta que deben cuidarse de las personas que las rodean
especialmente ahora que son los monarcas de Francia, las intrigas y la ambición
diabólica rondan mas que antes. María Antonieta exige a su dama que sea
congruente. Hortrud contesta que al igual que a ella, Gastón puede hacer muy
infelices a la gente que esta cerca con él; sea quien sea.
María
Antonieta sorprendida pide silencio a Hortrud, ahora todos viven los mejores
momentos de sus vidas y deben pensar en las bendiciones que Dios les ha dado,
ser buenas cristianas, esposas y caritativas con los desprotegidos. La reina
pide a su dama que limpie su rostro y que salgan a dar un paseo por el jardín,
esta deseosa de respirar el aire fresco y conocer aquel gran espacio.
Hortrud
toma un pañuelo que le da la reina y poniéndose de pie ordena a sus criadas que
las acompañen por el jardín.
Escena 3
Acompañado
de un sequito de guardias aparece el Rey de Francia, nota que alguien estuvo
disfrutando de aquel jardín, pero solamente, hay sirvientes; Enrique llama a
uno de ellos y pregunta donde esta María Antonieta, éste contesta que la reina
ha ido a dar un paseo con su dama.
El
rey pide que alisten un caballo ya que ira a buscar a su esposa. En ese
instante aparece de nuevo María Antonieta y pide que ya no la busque. Enrique
pregunta por que ha regresado tan pronto, ella solo contesta que el jardín es
muy grande y esta acalorada, y los sirvientes no le han preparado a tiempo un
caballo, Enrique reprende al sirviente, al no haber obedecido a la reina, María
pide que no reprenda mas al sirviente el no es culpable de nada y ordena que se
vaya.
María
y Enrique se han quedado solos en aquel jardín, este toma de las manos a su
esposa, y le pregunta si lo ama, ella extrañada sin antes contestar, pregunta
por que la cuestiona, Enrique contesta que todo lo que están viviendo es algo
que nunca pensó, se siente completo al saber que lo tiene todo, incluido el
amor de la mujer que ama, y sin embargo tiene miedo del futuro, de no ser lo
que su pueblo espera de él, de no ser la persona que su amada espera de él, de
quedarse en el camino y fracasar, de ser poseído por la maldad, avaricia,
envidia y el poder enfermizo, de ser alguien que no pueda responder de si, y
olvidarse de quien fue, de no ver mas allá de su nariz, de faltar al respeto a
su integridad y a su alma, cerrarse a la ambición, ser un vanidoso que vea en
si una imagen equivocada de quien fue, que los caprichos de un monarca envejecido
y poseído por los privilegios del poder y la riqueza lo lleven a olvidarse de
lo mas básico de las personas, creer en una falsa moral e imponer solamente la
suya, mentirse a si mismo y a quienes le rodean, y sobre todo olvidarse para
quien sirve.
María
Antonieta responde que su amor evitara que el caiga en esos infundados miedos,
ella se ha casado con el hombre mas integro que haya conocido, a pesar de vivir
en la época donde se escribe y se pacta la vida de las personas, ella cree que
el creador le ha dado a la persona indicada, la realización personal la ha
encontrado de su lado y nada podrá ser mas fuerte que el. El amor es uno y
verdadero, y la verdad la ha encontrado a lado de él, podrán pasar siglos si es
necesario y las cosas seguirán intactas en su alma, ya que, su alma es toda de
él. Existirán muchos inviernos y oscuridades que harán ver que ninguna es la
salida, y al final de todo la luz la encontrará, por que el amor que siente
hacia Enrique es mas que la luz que se encuentre en medio de esa oscuridad, es
mas grande que toda la riqueza o la pobreza en la que se puedan ver rodeados,
es simplemente su figura y su presencia lo que alivia su miedo y lo que le da
la fuerza para ver que la vida vale y es solamente una y a pesar de todos esos
inviernos habrá al ultimo una primavera que perpetuará su amor.
Ambos
se abrazan y se juran que a pesar de las tormentas y los vientos, las intrigas
y maldad, estarán el uno para el otro y al final de cuentas se abrirán las
flores y el cielo se hará claro para ambos, por que siempre sabrán que de la
mano de dios nada les faltará, que se termine el mundo si es necesario, pero su
amor nunca se derrumbara, que se anuncie en todo el mundo que los reyes de
Francia han consolidado su amor, que se llene todo el país de alegría, la buena
fortuna ha llegado.
Los
reyes se dan la vuelta y tomados la mano avanzan hacia el interior del palacio,
mientras que esa terraza se queda vacía.
ACTO II
Escena 1
En un
estudio del Palacio
Gastón
se encuentra en el escritorio donde despacha el rey, lee algunos documentos,
pero se ve que Gastón no esta tranquilo, toma y deja un papel y avienta otros,
su ansiedad se hace mas notoria cuando arroja aquellos documentos y
levantándose de la silla, camina hacia una pequeña licorera que esta en una cómoda,
y se prepara una copa, se dirige hacia una ventana; es un día muy soleado y la
luz ilumina todo aquel estudio.
Gastón
comienza a hablar acerca de su posición en ese palacio, ansioso aún, continua
hablando de si mismo, poco a poco sale a relucir su envidia hacia el rey, las
ganas de haber sido él aquel que fuera coronado en la catedral, reclama a dios
su mala fortuna y su baja posición, declara su odio hacia todo lo que rodea al
rey, Enrique ha sido mejor que él en todo, en su riqueza, su poder y la mujer
que esta a su lado. Jura que no descansará hasta que todo lo que ve a su
alrededor sea de su dominio, usara todos sus recursos disponibles, para tener
todo lo que no ha tenido, no le importará pasar por nadie, incluso si es
necesario sacrificar la vida del rey lo hará.
La
oscuridad caerá sobre toda Francia, la desolación esta cerca, una horrible
sombra de dolor rondara aquel castillo, y la muerte para aquel que se
interponga en el camino será su único destino.
No
quedará nada que recuerde aquellos tiempos en que los Enrique IV y María
Antonieta reinaban, toda Francia aclamara a su nuevo monarca, y la huella de
los anteriores reyes se olvidara para siempre.
Se
vaticina el fin de una era, el fin de las vidas de quienes estén involucrados,
y un nuevo comienzo habrá de llegar.
Entra
Matilde a escena y ve a Gastón en la ventana del estudio, acercándose a él le
pregunta que es lo que hace, aquel hombre contesta que solamente mira hacia el
horizonte y poniendo en claro sus ideas, Matilde toma del hombro a Gastón y lo
hace que mire hacia ella, le comenta que no la puede engañar y algo trae en
mente, y quiere saberlo en ese momento, Gastón nervioso la evade, y pide que no
sea molestado, Matilde insistente se aleja de aquel hombre que camina a un
pequeño sillón y comenta que cree saber cual es su molestia, Gastón le pide una
vez mas que ya no le acose, ella toma su abanico y en un tono irónico dice que
sus celos hacia el rey han llegado a despertar el interés de la corte.
Gastón
se dirige hacia la mujer, le dice que ante ella no puede ocultar nada, es la
única mujer que le conoce bien. Ha llegado a su límite y ya no puede soportar más
esos celos que le atormentan día a día, es superior el odio endemoniado que
siente hacia la familia que ya no lo puede soportar.
Matilde
se levanta de su silla y dirigiéndose a Gastón le pregunta que es lo que piensa
hacer al respecto.
Gastón
regala a Matilde una copa con vino y le dice que en la próxima recepción del
embajador de España ocurrirán hechos que pondrán en duda la credibilidad de los
reyes, y esta quedará en el piso. Aquel hombre posándose detrás de Matilde y
acariciando su rostro, le anticipa que ella será la llave para que aquello
ocurra. Matilde, pregunta cual será su participación en el hecho. Gastón
contesta que claramente sabe del amor oculto de ella hacia el rey, entonces,
esa es su oportunidad para tener todo lo que ha deseado. Ella se encargará de
hacer que el rey desprecie a la reina, mientras que Gastón hará lo que le toca
en cuanto al rey.
El
castillo se llenara de intrigas y odios de unos entre otros, mientras que el
pueblo ya no confiara en un rey débil y sin credibilidad. Matilde abraza a
Gastón y en actitud seductora pregunta que es lo que el hará con el rey, Gastón
le pide que no sea ansiosa, pero le puede anticipar que todo comenzará cuando
sea la recepción del embajador. Ambos alzan sus copas y riendo maléficamente
beben el último sorbo de vino, y salen del estudio.
Escena 2
Enrique
entra al estudio junto con un sirviente y pregunta si éste ha visto a Gastón,
el sirviente le comenta que hace unos momentos se encontraba con la señorita
Matilde platicando, estuvieron encerrados por un buen rato pero salieron ambos
con rumbos diferentes.
Extrañado
el rey toma su lugar en el escritorio, y pregunta, si sabe donde esta la reina,
el sirviente le comenta al rey que la señora esta en el salón ultimando
detalles para la recepción de Don Rodrigo embajador de España; el rey le pide
que mande hablar a la reina ya que le necesita.
Momentos
después entra la reina al estudio y ve a su esposo en el escritorio, pregunta
si la ha llamado, él levantándose de su lugar le contesta que la necesita,
quiere saber su opinión acerca de la recepción que están por dar, ella se
acerca al rey y le dice que tenga confianza en si, nada podrá opacar aquella
recepción que es muy importante para él y para la nación, ya que de esa reunión
se concretará una alianza estratégica para el bien de los reinos de Francia y
España. El rey abraza a su esposa y el sirviente entra al estudio y notifica a
los reyes que han llegado todos los invitados, ya es hora de dar comienzo a la
fiesta. Los reyes salen apresurados del estudio hacia el salón.
Escena 3
En el salón de recepciones del Palacio
Todos
los invitados están en aquella sala platicando, riendo y bebiendo, la música es
alegre, hay un ambiente agradable en aquel salón, los sirvientes se han
encargado de adornar aquel lugar con las mas preciosas flores que puedan
existir, esta perfumado y el lujo se puede ver por todas partes, los sirvientes
lucen sus uniformes de gala para dar una excelente imagen a todos los invitados,
ameniza la fiesta un grupo de bailarinas que deleitan a todos con sus finos
movimientos al compás de la música. Se ven unas mesas repletas de comida y
bebida para que todos los presentes disfruten y elijan lo que más les plazca,
hay tantas cosas que no se puede medir la dimensión de la fiesta que se realiza
en aquel palacio.
Las
mujeres con sus mejores atuendos acompañan a todas las personalidades reunidas
en aquel lugar.
El
anunciante real pide la atención de todos ya que los reyes hacen su entrada al
salón.
Todos
hacen silencio y se acomodan en posición para recibir a los reyes, ellos entran
y son acogidos con aplausos y alegría, los monarcas agradecen el recibimiento e
invitan a todos a disfrutar de la festividad, en unos momentos arribará el
embajador al salón.
Gastón
y Matilde entran al salón, ven a todo mundo disfrutando de la gran recepción,
entonces, Hortrud llama a Gastón, dirigiéndose a él, Matilde se aleja de aquel
hombre lentamente y se pierde entre toda la multitud.
Hortrud
extrañada pregunta a Gastón por que estaba siendo acompañado de aquella mujer,
Gastón contesta que ella se encontraba sola en el castillo y simplemente le
invito a entrar al salón. Hortrud poco convencida de la respuesta de su marido,
le pide que acompañe al rey ya que él ha preguntado varias veces por su
compañero. Gastón molestó comenta a su esposa que muy pronto se acabará el
tiempo en que tiene que obedecer al rey a cualquier capricho que el tenga,
Hortrud pide a su esposo que no hable de esa manera, debe de aceptar su
posición en la corte y ser obediente. Gastón fastidiado calla a Hortrud y se
dirige hacia el rey.
María
Antonieta se acerca a Hortrud, curioseando le invita una copa a su dama y
pregunta si se encuentra contenta, Hortrud evasiva contesta que si la reina
disfruta ella también lo hará, entonces, toma la copa que le ha dado la señora,
pidiendo que la acompañe se dirigen hacia donde esta el rey.
Las
trompetas imperiales resuenan de nuevo para anunciar la llegada del embajador
de España, un gran numero de guardias y sirvientes, abren camino para que entre
Don Rodrigo. Aquel hombre es recibido con todos los honores que se le pueden
brindar a una personalidad de su envergadura, entonces, el rey con una medalla
de honor que carga entre sus manos, recibe a Rodrigo y le entrega tal presea.
Entonces, todos los presentes aplauden de alegría ante el hecho que acaban de
presenciar.
Después
del gran protocolo, Gastón se acerca e irrumpiendo se presenta ante el
embajador y presenta a su esposa, acto seguido, el rey lo presenta de manera
mas formal y por último presenta a su esposa la Reina María Antonieta.
Rodrigo
saluda al rey, siguiente, besa la mano de la reina, y con alabanzas hacia la
dama agradece todo ese banquete y la fiesta organizados en su honor. El rey le
pide que pase a disfrutar de lo que hay en la fiesta ya que en pocos momentos
harán el protocolo de firma del tratado de alianza entre las naciones.
Rodrigo
se aleja de escena mientras, Gastón se acerca al rey y lo lleva con él lejos de
su esposa, en forma de murmullo le comenta al rey, si notó la manera en que el
embajador miro y alabó a su esposa. El rey contesta que no ha notado nada
extraño, todo estuvo de manera normal y respetuosa, Gastón expresa que el no lo
vio así, y se atrevería a asegurar que el embajador se ha enamorado de la
reina.
Enrique
molesto por el comentario de Gastón lo reprende y le obliga a jurar que nunca
mas volverá a hablar así del honor del embajador y sobre todo del honor de su
esposa, por que es hablar en contra del mismo rey.
Gastón,
jura que el nunca trató de poner en duda el honor de la reina, pero le dice al
rey lo que ha visto por que piensa que el monarca debe estar al tanto de las
personas y de todo lo que se encuentra alrededor del mismo.
Enrique
toma del hombro a Gastón y pide que le acompañe a la firma del documento, no le
gusta hacer esperar a sus invitados, ambos hombres caminan juntos hacia la mesa
donde se han dispuesto todos los documentos, un tintero y una pluma para hacer
el acto.
Los
hombres firman el tratado, primero el rey siguiéndole lo hace Rodrigo, todos
los presentes entonan cantos de alegría y el acto finaliza cuando Rodrigo y
Enrique se saludan cerrando el trato.
Escena 4
En la
alcoba de los reyes
María
Antonieta, esta junto a su dama, arreglándose para entrar a la cama y descansar
después de la fiesta que han organizado. María Antonieta comenta a Hortrud que
esta muy feliz por como se están dando las cosas en el palacio, esta contenta
con todo lo que tiene.
Hortrud
peinando el cabello de la reina contesta que ella también esta contenta con lo
que esta pasando, a fin de cuentas es la recompensa por tener a gente que es
buena con todos. María Antonieta tomando la mano de su dama en su hombro
pregunta a ella si cree que el rey la ama, extrañada Hortrud asegura que
siempre ha sido así, le sorprende que la reina haga ese tipo de
cuestionamientos. María Antonieta contesta que ha hecho tal pregunta por que
notó al rey serio durante la fiesta, y ella no comprende que es lo que ha
ocurrido, habrá sido tal vez algún comentario o algún momento de comportamiento
que no ha agradado al rey, esta desconcertada y busca una respuesta hacia lo
que ella cree que pasa.
Hortrud
pide calma a la reina, probablemente se ha de haber tratado del momento, y el
rey debía prestar atención a todo lo que ocurría que en el algún momento olvido
algo que la reina noto como distancia, pero no implica que las cosas entre
ellos hayan cambiado. Mas consolada la reina pide a su dama que le deje sola
esta lista para dormir, y agradece de nuevo su consejo. Hortrud obedece a la
reina y sale de la habitación.
Enrique
entra a la habitación y ve a su esposa sentada en la cama a la espera de él, deja su saco en una silla y también se sienta
en la cama y besando la frente de su esposa pregunta si ha disfrutado del
evento. La reina asegura que así ha sido, pero ella cree que ha ocurrido algo
que ha disgustado al rey.
Enrique
asevera que no ha ocurrido nada en absoluto o ¿es que hay algo que deba el
saber? María Antonieta confundida pide claridad al rey, este le pide opinión a
su esposa acerca del embajador, ella contesta que se ve un buen hombre, alegre
y de buenos sentimientos.
El
rey se levanta de la cama y pregunta a María Antonieta si seria capaz de
dejarse conquistar por otro hombre, ella sorprendida no cree lo que ha
escuchado, y tomando del hombro a su esposo, pide una explicación acerca de
esos comentarios. El rey dice sentirse celoso de Rodrigo, al notar como este
alabo a su esposa, María Antonieta pide no ser castigada con la duda y los
celos.
Enrique
recargado sobre el tocador de la habitación, contesta que no puede evitar celos
al ver a ese hombre junto a ella, María Antonieta se dirige a él y llorando le
pide que no le castigue mas, el sabe del amor de ella hacia él y es incapaz de
hacer algo en contra de ese amor.
Enojado
Enrique dice que no le cree, por que además de ver como Rodrigo se acerco a
ella, ella no hizo nada por evadirlo, al contrario le sonrió y fue amable con
él.
María
Antonieta estupefacta no puede creer las palabras de su esposo y pide que sea
respetada. El rey pide el mismo respeto de ella hacia él, los celos son los
peores sentimientos que puede sentir un hombre que ama a una mujer como lo hace
él y el mundo debe entender que el hecho de sentir que la mujer a la que ama se
entiende con otro es como morir en vida.
María
Antonieta ruega que ya no se le torture más de esa manera, la que esta muriendo
en vida es ella y no él, por esos sentimientos absurdos, Enrique toma de las
manos a su esposa y apretándole le interroga si ama a otro.
María
Antonieta pide que le suelte por que la lastima, Enrique exige una respuesta a
su cuestionamiento, María Antonieta gritando y llorando de nuevo le dice que no
hay nadie más que él.
Enrique
lanza al piso a su esposa y llorando jura que hará pagar a Rodrigo por haber
robado el amor de María Antonieta.
Ella
se levanta, trata de detener a Enrique para que no cometa una locura, pero es
lanzada de nuevo al piso, entonces, Enrique desenvainando su espada jura que hará pagar
con la vida de Rodrigo el robo que ha cometido, no importa quien sea, a fin de
cuentas son hombres, ha manchado su honor y es un hecho que no pasará por alto.
María
Antonieta trata de detenerlo, pero este sale de la habitación corriendo, entonces
un grito de horror sale del ser de María Antonieta y desconsolada por lo que ha
ocurrido ella se desmaya y cae inconsciente al piso.
ACTO III
Escena 1
En el estudio del Palacio
La
oscuridad de la noche se cubre todo el castillo, la serenidad y el silencio propician
un buen momento para la reflexión y la soledad, aquel estudio esta iluminado únicamente
con un par de velas que son suficientes para dar la luz que necesita aquel
momento. Se siente un aire de calma y al mismo tiempo el sufrimiento en ese
lugar.
El
miedo a lo que pueda ocurrir acompaña esa callada estancia, poco a poco parece
que el cuento de amor y felicidad se esta derrumbando inevitablemente pedazo
tras pedazo. El infierno se puede expresar de muchas maneras, y una de ellas es
la fría y oscura soledad que acompañan ese instante.
Enrique
esta sentado en su escritorio acompañado solamente por esas dos velas y una
copa con vino, triste y agotado, llora su sufrimiento, reniega por su suerte,
el sentimiento de culpa lo consume segundo a segundo, saca de una pequeña caja
de madera un collar que pertenece a María Antonieta y comienza a recordar los
bellos momentos que han pasado juntos, mirando fijamente ese collar, llora lo
que acaba de hacerle a su amada esposa, frustrado él le pide perdón a su amada.
Los sentimientos de culpabilidad le consumen todo su ser, y busca respuestas
acerca de su arranque de furia. En ese momento recuerda a Rodrigo y le viene a
su mente la imagen en que aquel hombre tomaba de la mano a su esposa y poco a
poco sale a relucir de nuevo esos celos que le quemaban por dentro. Maldice la
ocasión en que Rodrigo llego al castillo y todo lo que traiga de ese momento en
adelante, repite la maldición tres veces y jura que no dejara que ese hombre se
interponga entre el amor de María Antonieta y él, y promete su muerte.
En
instantes sale de ese trance de odio y se arrepiente de lo que ha dicho, no
puede creer en lo que los celos y las intrigas lo han convertido, deja el
collar en el escritorio y de dirige a un crucifijo e hincándose pide perdón al
creador por pensar y maldecir a una persona, le pide ayuda y piedad para su
atormentada alma, recuerda que él no es una mala persona y jamás a pedido por
la muerte de alguien, pregunta a ese crucifijo por que se ha convertido en un
hombre celoso y lleno de deseos de muerte, pide que su tortura termine, siente
que su calvario lo esta matando. Tirado en el suelo y llorando pregunta de
nuevo el por que de su dolor.
Se
escucha que tocan la puerta del estudio y es la voz de Matilde que pregunta si
todo esta bien, al no recibir respuesta abre esa puerta, se percata la mujer
que el rey esta tirado en el suelo y corre a socorrerle. Acercándose a Enrique
le ayuda a levantarse y lo acompaña de nuevo a su silla. Matilde pregunta por
que el rey sufre de esa manera, Enrique le pide un momento de soledad, ya que
el rey no puede atender a persona alguna en ese momento, Matilde suplica por la
confianza del monarca, y se declara la más fiel de sus esclavas. Agradeciendo
el gesto Enrique comienza a contar a Matilde que ha visto al embajador Español
muy cerca de su esposa y cree que el se ha enamorado de ella. Matilde fingiendo
horror y sorpresa, hincándose ante el rey comenta que ella también percibió esa
actitud del embajador hacia la dama, pero cree que la monarca corresponde a
esas actitudes. El rey aterrado ordena callar a esa doncella infame, Matilde
responde que no puede callar ante el engaño al que el rey esta siendo objeto,
ella como esclava fiel se siente obligada a decir la verdad ante su amo.
Enrique pide que calle de nuevo, pero la mujer continúa atormentando a aquel
hombre con declaraciones infundadas.
Enrique
le ordena de nuevo callar a esa malvada mujer, le hace ver que no le es
suficiente el dolor que siente mientras que ella alimenta más ese sufrimiento.
Entonces, Matilde acercándose al rey finge clemencia y le comenta que ella
consolara a su rey, dándole el amor que su mujer le ha negado y se lo ha dado a
otro. Enrique rechazándola en primera instancia pide que salga del estudio,
pero ella insiste en dar cariño al afligido hombre y este termina aceptando el
consuelo de la malévola dama. Matilde confiesa el amor que siente hacia Enrique
y de igual manera en que él sufre por la supuesta infidelidad de María
Antonieta, la doncella sufre como el mismo rey. Enrique agradece el gesto una
vez mas, pero se niega al amor de Matilde, y pide que oculte sus sentimientos
por que son sentimientos sin sentido alguno, Matilde pide un momento de amor,
conoce su posición pero el amor es inevitable, pero simula comprender que ella
no es amada por Enrique, entonces, invita al rey que se retire a sus aposentos
y descanse, por que se ha desgastado bastante esa larga y amarga noche.
El
rey acepta el ofrecimiento y lentamente se retira del estudio.
Escena 2
Matilde
se ha quedado a solas en el estudio, y aprovechando el momento, comienza a
expresar que el amor que siente hacia el rey es verdadero, sin embargo, el
recordar que esta casado con María Antonieta le hace sentir que desde su
interior surge un odio ciego hacia esa mujer. No descansara ni un instante para
que el amor y los pensamientos del rey sean solamente para ella.
Tomando
entre sus manos el collar que previamente había dejado Enrique en el
escritorio, Matilde jura que esa joya será la pieza para que se derrumbe la
pasión que existe entre los reyes y se convierta en inicuo rencor.
Sorpresivamente
se abre la puerta y es María Antonieta, que estupefacta no da crédito a lo que
acaba de escuchar de la boca de la doncella.
La
reina exige a la mujer que repita la insensatez que ha escuchado, entonces,
Matilde en forma retadora no niega su declaración, la doncella revela que desde
que los reyes llegaron al palacio, se enamoro perdidamente de Enrique, durante
mucho tiempo ha ocultado un amor que de antemano sabe que es un amor fallido,
es un amor que existe en lo mas profundo de su ser, pero por su posición de
doncella no puede aspirar a mas que ser la querida del rey, sin embargo, sabe
el tipo de hombre que es el rey de
Francia y en ningún momento se atrevería a refugiarse en los brazos de las
mujeres que puedan estar en el palacio, por que sabe que es un hombre integro y
ama a su esposa. Y es ese amor que tiene a ella que le da el motivo de odiarle,
son los celos más denigrantes que haya sentido en algún momento de su vida, y
eso la hace aborrecer la felicidad de María Antonieta.
La
reina ordena callar a la doncella, ha escuchado demasiado, y como ella ha
comentado es un amor imposible, por que Enrique sabe a quien ama y es a la reina.
María Antonieta forza a la mujer a callar para siempre ese amor impuro hacia el
rey, ya que si no lo hace, la lanzará a la calle y que el creador se apiade de
ella.
Matilde
negándose a la exigencia de la reina. Se declara rival en amor de la soberana y
manifestándole; no cesará hasta que Enrique que acepte la pasión que siente y
que sea dios el que decida el futuro de las mujeres.
María
Antonieta colérica acepta el reto de Matilde y amenazándole que si continua con
esa idea absurda, no será el creador el que decida su futuro, sino ella misma.
Las mujeres salen del estudio rápidamente.
Escena 3
En los jardines del palacio
Rodrigo
pasea por los jardines de aquel palacio, disfruta del aire fresco que ofrece
esa noche veraniega, con un bastón en sus manos Rodrigo canta y celebra los
buenos momentos que ha vivido en el palacio, y el recibimiento que han tenido
los reyes hacia él, sentándose en un pequeño banco del jardín continua
disfrutando de aquella placentera noche.
En
la lejanía se escucha la voz de Gastón que llama al embajador, acercándose
éste, le pregunta que es lo que hace a esas horas en el jardín, entonces,
Rodrigo contesta que solo disfruta la belleza y tranquilidad que puede dar la
noche. Gastón sentándose de lado de Rodrigo le cuestiona acerca de los reyes,
entonces, Rodrigo extrañado contesta que los monarcas son personas muy amables,
y esta contento de formar parte de las celebraciones.
En aquel momento, concordando con Rodrigo,
Gastón comienza a hablarle sobre la reina, acerca de su belleza de lo dulce,
cordial y distinguida que es ella. Rodrigo ahora pregunta por que ha sacado
Gastón el tema de los reyes, entonces, el consejero manifiesta que los reyes
deben de desaparecer. Rodrigo confuso, pide claridad al otro hombre. Gastón le
revela que el fin de los reyes esta cerca. Rodrigo pregunta si acaso ellos
morirán, Gastón poniéndose de píe le dice que será esa misma noche en que su
imperio caerá. Rodrigo alejándose de aquel hombre no da crédito a lo que ha
escuchado, Gastón siguiéndole le apuñala por la espalda, mientras, Rodrigo cae
poco a poco y agonizando, Gastón riendo perversamente le menciona que él será
el detonante del derrumbamiento del imperio, entonces Rodrigo muere.
Al
asegurarse Gastón que el embajador ha muerto, deja caer el puñal y se aleja del cuerpo. Se escucha la voz del
rey que llama a Gastón. Al darse cuenta que
el rey le llama, el maléfico hombre aprovecha la oscuridad de la noche se
oculta entre los arboles del jardín.
El
rey al no recibir respuesta, sale y nota
algo extraño, acercándose a averiguar que es lo que pasa, estupefacto se da
cuenta que es el cuerpo del embajador y aterrado ante la horrible escena toma
el puñal ensangrentado. Al escuchar el alboroto salen los sirvientes y María
Antonieta para ver que es lo que ocurría, entonces en un grito de susto los
sirvientes ven al rey con el puñal en sus manos y totalmente llenas de sangre.
El gentío no puede creer lo que ven y comienzan a acusar al rey de asesino y
hereje, Enrique trata de negar lo que ha
pasado, mientras que María Antonieta pide respeto para el rey, pero sus
sirvientes no les obedecen y siguen gritando improperios, aparece Gastón en
medio de la multitud acusa al rey de asesino y cometer actos en contra de dios.
María Antonieta y Hortrud gritando de horror piden que pare todo ese escándalo,
pero Gastón incita a la gente a seguir ofendiendo a los reyes, entonces, María
Antonieta corre hacia Enrique y pidiendo clemencia, grita para que pare ese
martirio. Y Enrique abrazándola soportan juntos el escarnio de la muchedumbre,
entonces, Gastón manda llamar a los guardias imperiales y exige que el rey sea
detenido, los guardias dudan en obedecer las órdenes de Gastón pero enervado el
hombre ordena de nuevo que sea aprendido el rey, y estos al fin cumplen el
mandato. Una vez detenido el monarca, Gastón exige que el rey sea llevado a sus
aposentos y no se le deje salir hasta que sea el santo oficio que lo consigne y
lo juzgue.
María
Antonieta trata de detener ese atropello pero es derribada por la fuerza de
aquellos hombres, entonces, Enrique trata de defenderla pero es detenido por
los guardias, pidiendo que pare todo ese circo, Enrique exige de Gastón una
explicación de lo que pasa, pero aquel hombre no responde, entonces, mirando
con tristeza y decepción Enrique no puede creer que el mas amado de sus hijos
le haya traicionado de esa manera, y dándole la espalda lo maldice para siempre,
es cuando Gastón ordena de nuevo a los guardias que se lleven al rey, y ante
todos aquel malvado hombre de nuevo ríe vilmente.
ACTO IV
En el despacho del rey
Escena 1
María
Antonieta acompañada de Hortrud, entran desesperadas al despacho, llorando y
sin consuelo alguno, se arrodillan. María Antonieta pidiendo clemencia al
creador por la horrible tortura que vive en ese momento, sigue lamentándose la
mala fortuna de su amado además la propia.
De
igual manera Hortrud llorando y tratando de dar aliento a la reina, le comenta
a la dama que ya no puede cambiar el pasado ahora solo queda orar por la suerte
del rey, ya que será juzgado por la inquisición, y no quiere imaginarse el
desenlace de toda aquella racha atroz.
María
Antonieta tomando las manos de Hortrud le declara que el primer día que pisaron
el palacio le prometió a dios y a Enrique, que cualquier cosa que sucediera
pasara lo que pasara, ella estaría del lado de su amado, no importarían las
tormentas y los vientos, las tinieblas nunca los iban a poder separar, y es
ahora el momento en que ella debe hacer valer ese juramento que ha hecho.
Hortrud
sorprendida le pide a la reina que no cometa ninguna locura.
María
Antonieta contesta que no es ninguna locura el sacrificarse por el amor, por
aquella persona que es parte de otra, en la cual se confía y si es necesario se
da la vida.
Levantándose
las dos mujeres… María Antonieta toma el collar que estaba en el escritorio del
despacho y besándole jura a Dios que hará lo necesario para que Enrique no sea
condenado al mezquino y denigrante escarnio publico, la Francia tiene un rey
integro, no a un asesino vil y alejado de Dios que se sacia de la sangre y de
la envidia diabólica para poder al menos vivir.
Hortrud
alejándose de la reina, le pregunta que aclare sus palabras, y acaso cuando
habla de maldad diabólica se refiere a su esposo.
María
Antonieta acercándose a la mujer le pide que no se castigue, ya que ella no es
culpable que Gastón sea como es, en cambio la reina se siente con la necesidad
de pedir disculpas al no escucharle cuando en aquel día en el jardín ella pidió
que no hablara mal de su esposo y que aceptara su realidad, es ahora, cuando se
da cuenta de lo equivocada que estaba y no
percibía de lo que ocurría alrededor de ellos, las intrigas y la sombra
de la muerte siempre estuvieron siguiendo a los reyes de Francia, pero nunca se
percató de ello.
Hortrud
pide a la reina que ya no diga mas esas palabras hirientes, la reina no tiene
por que disculparse por cosas que ella no conocía, ahora solo queda buscar un
poco de consuelo.
La
reina solo encontrara el consuelo salvando a Enrique y por tanto, no puede
quedarse de brazos cruzados, y piensa agotar todos los recursos que tenga para
liberar al rey de unos jueces ciegos y fanáticos, además, de un lacayo lleno de
frustraciones y resentimientos, es entonces que la reina le pide a Hortrud que
mande llamar a su esposo, por que debe de ajustar cuentas con aquel hombre. Hortrud
implora a la reina que no hable con su marido por que de antemano ese hombre no
le escuchara y teme por la integridad de su señora. María Antonieta exige no
cuestionar las órdenes de la reina y lo mínimo que pide es que sus mandamientos
sean obedecidos, Hortrud llorando sin alternativa alguna obedece a la reina y
sale del estudio.
Lentamente
entra Gastón a aquel estudio, la reina a espaldas de aquel hombre le cuestiona
por que aquella baja traición hacia el hombre que le ha dado todo, y le ha convertido
en su mano derecha. Gastón irónicamente le contesta que el no ha traicionado
ninguna confianza, los hechos son los que lo acusan y el simplemente cumple con
el mandato divino de decir siempre la verdad.
María
Antonieta le pide que se deje de mascaras, y que entienda el inmenso dolor que
siente ella al saber que su amado es acusado de un asesinato que no cometió,
entonces, Gastón acercándose a la reina le pide que ella entienda que esta
obligado a decir siempre la verdad. Harta de las mentiras de Gastón, María
Antonieta le exige que diga la verdad de su actuar, Gastón negándose a
contestar, pide que no sea cuestionado más por que el no es culpable de nada. María
Antonieta suplicándole a aquel hombre le pide ayuda para que su esposo no sea
llevado al palacio de la inquisición, Gastón contesta que el ya nada puede
hacer, el fiscal del santo oficio ya esta enterado del crimen que se ha
cometido en los jardines del palacio y de la grave acusación que pesa sobre rey
de herejía y de un momento a otro el Enrique será llevado ante aquel hombre
para su juicio. María suplicando de nuevo, pide clemencia ante sus lagrimas y
el sufrimiento de su esposo, Gastón sin embargo, continua negándose ante los
ruegos de la reina y este le pide que ya no continúe. María Antonieta le
comenta que le ponga un precio a su ayuda, Gastón fingiendo sorpresa y una
supuesta dignidad se ofende ante tal ofrecimiento de la reina. María Antonieta
replica que ya no sabe que mas pedir, han sido lágrimas, dinero, riquezas y
nada ha podido convencer a ese déspota corazón. Gastón acercándose a la reina,
le comenta que solo hay dos cosas las que pudieran liberar a su esposo del
escarnio y del horrendo destino de la muerte, y esas son que ella le de en
primer lugar, el poder y abandonar la Francia si es posible el trono del reino
y su propia dignidad.
María
Antonieta horrorizada, no da crédito a lo que ha escuchado de Gastón,
alejándose de aquel hombre, ella le niega totalmente sus peticiones y le
repudia. Gastón jura a la reina que no le queda otra alternativa, es el trono y
su dignidad o la vida del rey. Hincándose ante los pies de ese hombre, María
Antonieta grita a Gastón que es tan grande su odio y envidia que no se conmueve
de las lágrimas de una mujer atormentada y el suplicio de un hombre honorable
que no ha cometido delito alguno.
Gastón
finaliza esa tortuosa escena emplazando a la reina a decidirse y dictar el
futuro de su familia y el reino; accede a las demandas del malvado hombre, esa
misma noche o el funesto destino de la muerte del rey y el destierro de la
reina.
La
reina se incorpora y le ordena a aquel hombre que salga de la habitación, le
recuerda que ella es la reina de Francia y debe obedecer sus ordenes, pero
antes de que el consejero abandone el estudio esta lo encara y le restriega de
nuevo su posición de criado del castillo y por ningún medio conseguirá el poder
que anhela y mucho menos un trono de rey, ya que un hombre malvado de pocos escrúpulos
no es digno de portar la corona de Francia, y de mucho menos de recibir la
gracia divina el último día de su vida. La reina le maldice de nuevo y lo
condena a los infiernos cuando el demonio le mande llamar, y al exilio en su
miserable vida terrenal y a ser desconocido en el castillo.
Aquel
hombre mirándola con odio lo único que le contesta es que la esperará esa noche
para que cumpla sus demandas de no ser así que el señor se apiade de sus almas.
Mientras, Gastón sale de la habitación.
María
Antonieta se ha quedado sola de nuevo en el estudio, su alma esta completamente
destrozada, la salida se ha cerrado, su inmenso dolor la ha llevado a agotar
todos sus esfuerzos para salvar al hombre que ama con todo su ser, pero aun así
no han rendido ningún fruto, terribles pensamientos cruzan por su mente, la tristeza
la han hecho perder la fe en todo lo que creía antes, recuerda los momentos de
alegría antes vividos, ahora son terribles anhelos, su realidad es radicalmente
diferente, amarga y funesta, el camino de espinas lacera sin piedad alguna a su
corazón.
María
Antonieta camina hacia el pequeño cofre que esta en el escritorio del despacho,
saca de él, el collar que su amado le regalo el día de su boda, acercándolo a
su pecho, ha tomado una decisión que la liberará del sufrimiento que esta
viviendo, pide perdón al creador por tomar esa decisión, pero lo ve todo
perdido, y también pide perdón por no haber sido la esposa que el rey hubiera
querido, pero jura que nunca ha dejado de amar a Enrique, su amor es mas grande
que todo y la ha obligado a tomar esa decisión funesta. El semblante de María
no es el de aquella mujer que llego al palacio, llena de vida y dulzura, ahora
es el de una mujer desesperada, sin ninguna aspiración, hundida en la indominia
y el dolor sin fin. La reina besa su collar y mirando al cielo rompe de nuevo
en llanto y da un grito lleno de dolor y desesperanza, poco a poco se aproxima
a la puerta del estudio y sale de él.
Escena 2
En el palacio de la Inquisición
Los
monjes están en aquel espeluznante lugar orando y recitando canciones
religiosas, visten sus hábitos cafés con sus rostros cubiertos, sobre sus manos
llevan un rosario y un pequeño libro donde leen sus rezos y plegarias al
creador, caminan de un lado a otro a la espera del siguiente desgraciado que
sea juzgado y torturado. La gente comienza a reunirse poco a poco para
presenciar el juicio de su infame y sufrido rey. Se han dispuesto una mesa
donde se posará el fiscal del Santo Oficio
junto con su notario el cual tomará nota de cada palabra dicha durante ese
funesto circo, en frente de este, se pondrá una silla donde estará Enrique y
escuchara su sentencia. Detrás de aquel escritorio esta una imagen de un gran
Jesucristo crucificado y de lado de este, el escudo de la inquisición.
Ya
todo esta listo en aquel oscuro y triste lugar, entonces, François el
notificador del Inquisidor entra al lugar y anuncia la llegada de Fray Maurice
el fiscal de la inquisición, junto a él lo acompañan dos religiosos los cuales
cargan documentos y libros. El hombre toma su lugar y ordena la entrada del Rey
de Francia.
Enrique
aparece escoltado por dos hombres cubiertos totalmente y con hábitos de color
negro, mientras, el semblante del rey es de un hombre sin deseos ya de vivir,
su rostro muestra las señales de la tortura a la que ha sido objeto, heridas
rasgan sus facciones, mientras, es llevado a su lugar. María Antonieta entra a
la sala acompañada siempre por su dama, ambas mujeres visten de color negro con
un velo que les cubre el rostro. Gastón ocultándose entre la multitud ha
llegado para disfrutar de aquel injusto juicio en contra de su rey.
Se
levanta el inquisidor de su silla y comienza con la bendición in nomine Patris
et Filíi et Spirictu sancti, mientras todos los presentes reciben la han de
recibir, Fray Maurice comienza a relatar por que todos se han reunido en aquel
lugar, todos han guardado silencio, es un silencio aterrador que no hace mas
que estremecer a cualquiera que haya estado presente en aquel sitio.
Mientras
el religioso habla, María Antonieta, reza algunas plegarias a Dios para que
todo el tormento finalice, acercándose a la reina aparece Matilde la cual entre
lagrimas y sufrimiento pide perdón a la reina por lo que ha cometido, María
Antonieta despreciándole le comenta que solo podrá tener su perdón si testifica
a favor del rey, y ya que el creador se apiade de su abandonada alma, por que,
perdonar lo que le han hecho Gastón y ella misma, no lo puede perdonar la
monarca francesa. Matilde responde que ya nada puede hacer, todo esta hecho
para que el rey sea condenado por su supuesta herejía y el asesinato que
cometió, y que al igual que María Antonieta la doncella sufre, al ver que su
amor imposible es juzgado siendo él inocente. María Antonieta ordena a sus
guardias que saquen a esa infame mujer, ya que no tiene derecho a estar en ese
lugar, obedeciendo a la aun reina los guardias sacan a Matilde del lugar, pero
antes de ser llevada a la salida, María Antonieta le recuerda que ella es la
reina de Francia y que el sufrimiento que ella pasa, la doncella lo sentirá mil
veces mas, al no haber confesado que el rey es inocente, entonces Matilde es
sacada del recinto.
El
gran inquisidor pregunta al rey si ha de declararse culpable de los cargos que se
le imputan, entonces, Enrique comenta que no dirá nada a su favor, ya que el es
un hombre inocente, y su conciencia esta limpia.
El
inquisidor pregunta de nuevo cual es su defensa, entonces, María Antonieta pide
clemencia ante ese juicio injusto, le dice a Enrique que diga que el nunca
asesinó a persona alguna y su alma es pura.
Enrique
responde que ha sido suficiente con los humillantes interrogatorios a los que
ha sido objeto, la tortura corporal fue insoportable, su dignidad ha sido
pisoteada una y mil veces con las horrendas y ofensivas preguntas, cada herida
ha dejado huella sea física o del alma. Se han atrevido a cuestionar su
estirpe, con simples preguntas disfrazadas de respeto, sin embargo, hechas una
y otra vez pretendiendo hacer perder la cordura, ha sido suficiente ver el
desprecio hacia el rey de Francia, aquel, que juro a dios y a los hombres que
daría su vida por reinar con mano justa y sobriedad ¿Dónde quedo aquel pueblo
que aclamaba a su rey? Confinado en una horrenda y oscura celda, donde un
carcelero es tu única compañía o incluso un bicho repugnante.
Mientras,
pasan las horas y los pensamientos traicionan a la mente, pasa el amor y la
desdicha hora tras hora, y después, comienza de nuevo la tortura mediante
cuestionamientos recurrentes y sin sentido alguno.
¿Es
que acaso el rey de Francia es un pecador? Que un inquisidor, dude de ti de tal
manera, crean escenas sin sentido, pretendiendo sacar una verdad que no existe
y tratan de convencer a la mente de que has pecado. Que tan horrible pecado ha
cometido el rey para ser tratado de esa manera, solo dios tiene la respuesta,
pero es él quien sabe que el ha amado como a nadie a su nación.
Ahora
ya cualquier tortura es menos dolorosa que al desprecio de un pueblo, no es
suficiente con las torturas corporales, es peor ser juzgado de mal gobernante y
sobre todo por ser juzgado por un mal ser humano. Las injusticias siempre han
existido, sin embargo, la traición y la ingratitud es la peor de las
injusticias.
El
inquisidor enfurecido exige callar al rey, entonces, María Antonieta pide
clemencia una vez más. El inquisidor comenta que no hay mas que seguir, todo
acusa al rey como hereje, a ofender la palabra de Dios, sin embargo, el rey
tiene el derecho de arrepentirse si es que así lo siente. El rey acercándose al
inquisidor y enfrentándolo, le ordena callar a él, ya ha sido suficiente de
escuchar sus absurdas palabras, y será el mismo Dios que lo juzgue por los
pecados que haya cometido, pero el sabe que nunca le ha ofendido, y si los
hombres creen que el es un ofensor de la palabra y la doctrina entonces, dejara
su suerte en las manos de Dios, y en caso de morir en manos de su ensordecido
pueblo, morirá con el alma limpia, sin mancha alguna a la corona.
El
inquisidor pide que el rey sea detenido entonces, el hombre toma un documento
en el cual se dispone a leer la condena del rey.
La
ofensa a la santísima palabra de dios se ha de castigar de una sola manera, con
la purificación del alma, el Rey Enrique IV será presentado al auto de fe
correspondiente donde el pueblo exigirá la condena y la liberación del cuerpo
de los pecados, y salvar el alma de ese desdichado hombre de las llamas del
infierno y de las redes de la herejía. Al ver que el rey no ha negado sus acusaciones
y no haberse arrepentido y pedir clemencia y una condena moderada, el Santo
Oficio ha de condenar al rey a la muerte por las llamas de la pira, donde el
fuego sacara del cuerpo el pecado y serán las cenizas el recordatorio no pecar
y ser obedientes y creer siempre en la palabra de Dios.
Sin
embargo, serán los hombres y no la iglesia quien ejecutaran a ese hombre y el
mismo Creador se encargara de su alma.
Entonces,
el rey contesta que sea Dios quien se apiade.
Interviene
María Antonieta, buscando callar al Inquisidor y pide a su esposo no cegarse
por el coraje, intenta desesperadamente convencer a Enrique para que declare su
inocencia, ya ha sido bastante el sufrimiento y esta por perder la cordura ante
fatídico suceso. El inquisidor dando una ultima oportunidad para que muestre
arrepentimiento, pregunta al rey si ha de declararse entonces, para esto,
Enrique toma de la mano a María Antonieta y le dice a todos los presentes que
la única persona que ha creído en él es esa mujer, al ver adverso su presente
solamente el amor de la reina, es lo único apreciable en esta tierra llena de
inmundicias y deshonor, es entonces, sus deseos de estar vivo para pasar con
ella el resto de su vida, pero es ahora, toda esa suciedad de almas que no
hacen pensar en un futuro cercano, pide perdón a su esposa por pensar así, pero
debe enfrentar con valor y coraje el designio, si ha de ser recordado, que lo
sea por un rey que nunca renuncio a su ideal, y sobre todo, nunca dejo de amar
a su país ni mucho menos a su hermosa mujer.
Al
mismo tiempo todos los presentes gritan insultos, se mofan y ofenden a su rey.
María
Antonieta pide callar a todos los bellacos insolentes y ruega una vez mas,
clemencia, pero sus ruegos resultan sin efectos ante la ceguera total , clama
la inocencia de Enrique, y acusa a Gastón como el creador de toda ese malhadado
espectáculo. Sin embargo, el inquisidor ordena que alejen a la reina y el rey sea encerrado en el palacio y que
espere hasta su auto de fe, mientras, María Antonieta llorando pide una vez más
clemencia y enfrenta al inquisidor, pero este hombre no la ha de escuchar y
sale del recinto. La mujer corre con su esposo y le jura que no serán los
hombres quien decida su futuro, y que pronto encontraran la luz. Enrique pide a
su esposa que no pierda la fuerza y así el librara todas sus penas, entonces,
los guardias toman de nuevo al rey y lo sacan de la sala, entonces, María
Antonieta les hace saber a todos que será la vida quien les haga pagar la
injusticia que han cometido, el creador no tendrá piedad de cada uno de los que
acusan de manera fraudulenta al rey, será el cielo quien cobrará venganza por
cada una de las lagrimas y sufrimientos derramados, es entonces, que Hortrud
corre hacia la reina y le pide calma, sin embargo, la reina maldice a todos los presentes y acompañada de
Hortrud tratando de darle consuelo, ambas caen en llanto.
Escena 3
En la alcoba de los reyes
Las
cosas en aquella habitación han estado exactamente igual cuando el rey fue
aprendido, no se ha movido absolutamente nada, los adornos, los muebles, sus
cortinas, parecen una fotografía de lo ocurrido, parece que el tiempo no ha
pasado en ese encantador pero a la vez amargo lugar. Esta anocheciendo y
lentamente el sol se esta ocultando, la luz en ese lugar poco a poco se hace
menos y el ambiente de tristeza se adueña una vez mas de aquel palacio.
Se
abre la puerta de la alcoba y entra María Antonieta… Su rostro ha cambiado
totalmente, es una mujer sola y abandonada, no ha dormido por pensar y
martirizarse sobre el futuro que le espera, camina de un lado a otro ya sin
sentido alguno, abre la ventana, la ansiedad hace presa de ella y no ve más que
hacer.
María
Antonieta ha perdido el juicio, la locura se ha adueñado de su mente y
espíritu, la terrible presión a su alma término con la razón de la reina, su
mirada perdida y sin dirección alguna da muestra de que todo lo ha perdido,
miles de absurdos pensamientos pasan por su mente.
La
mujer comienza a recordar esos bellos momentos de juventud, en los jardines del
palacio, donde el oler el aroma de las flores y disfrutar del fresco de las
plantas eran placeres sin igual, el correr por aquellos enormes prados eran el
regocijo que siempre había pensado, el recorrer el enorme palacio el deleite
especial al escuchar cantar las aves silvestres, pasar las horas en el lago
leyendo libros con cuentos de amor y pasión. Todo aquello se ha quedado en la
mente de esa mujer. Caminando hacia un florero en la habitación, la reina toma
esas flores y poco a poco comienza a contar su historia de amor de lado del rey
Enrique, viendo fijamente a las flores les dice que cada pétalo es un episodio
de su vida, los pétalos de aquella flor están frescos, parece que apenas abrió
esa hermosa flor, cada pétalo cae rápidamente, uno tras otro se va acabando
aquella flor, mientras, la reina cuenta contenta en medio de su locura lo bella
que era la vida con ella, durante ese corto lapso de tiempo, se ha acabado la
flor, pero ha tomado otra, aquella es una flor mas madura, amarillenta esta
flor por el paso de los días, María Antonieta abraza esta flor como si fuese la
mas querida por ella, le platica sus tiempos ya como reina, donde parecía que
la felicidad nunca habría de terminar, levantándose con la flor en sus manos
camina alrededor de esa habitación contando el hermoso y bello cuento de hadas
que ha vivido de lado de Enrique, es aquel, momento en que la reina queda
completamente loca, en medio de su delirio le cuenta a la flor que fue muy
corto el tiempo en que Enrique y ella se habían jurado un amor eterno, un amor
que resistiría todas las adversidades, pero nunca creyó que él traicionará a
ese juramento, los juramentos de amor son sagrados y se ha visto decepcionada
por esa traición, María Antonieta en un arranque de ira rompe esa flor
violentamente y tira los pétalos al suelo, reclamando por que Enrique nunca
hizo nada por defender su amor, la inocencia siempre estuvo de su lado pero
dejo de luchar, ¿Era acaso que el ya no la amaba? Entonces, María Antonieta
asustada recoge esos pétalos y abrazando a esa flor rota pide a Enrique que no
la deje de amar, entonces con los pétalos en la mano, María Antonieta jura que
nunca quiso ella fallar al amor de Enrique, ya que ella es la culpable de todo
ese tormento horrendo que viven, si, que la Francia la juzgue por ser una mala
reina, pero Enrique el mas inmaculado de los reyes el mas puro de los hombres
debe ser recordado por ello, no le ha de importar caer en el olvido y pasar
como una reina soberbia, siempre que su país recuerde a Enrique como aquel que
nunca peco por maldad, y que todo lo que hizo fue por amar tanto a su país. Que
el escarnio de las personas que se comportan como primitivas bestias caiga
sobre ella, la indominia y el castigo debe ser para esa mujer. Arrodillándose,
la mujer dice que todos los pétalos son las lagrimas derramadas por ella misma,
pisoteadas y sin respeto a ellas es como va a terminar su vida, en el total menosprecio,
ya que su alma ha estado vacía desde el momento en que aquel mal hombre, lleno
de rencor y odio diabólico decidió acabar con la vida del rey, pero es su
omnipotencia la que lo liberará de todos los cargos y es entonces que el
reinará con mano de santo y la prosperidad llegará. Donde quedo aquel rey con
su presencia llenaba las sesiones de la corte y su palabra era la única que
mandaba, todo se fue volando como palomas saliendo de una jaula, si es aquel
rey que algún dia dijo que la Francia sería la nación mas poderosa del mundo y
fue ella la que le dio la espalda, aquel tiempo en que los reinos vecinos
felicitaban y mandaban regalos especiales al nuevo monarca francés, que
hipócritas todos ellos que le dijeron a Enrique que contaban con su respaldo,
fue apenas la primera crisis y todos esos reinos quedaron desaparecidos dejando
a los reyes de Francia en el mas horrendo de los abandonos. Fue Enrique el que
con su presencia, le daba vida a cada lugar que iba, aquellas visitas en Paris
donde todo su pueblo gritaba vivas al hombre que los reinaba, fue Enrique que
juró ante dios amar a María Antonieta y ahora es María Antonieta quien reclama
al creador su mala fortuna. El pueblo ahora espera ver las cenizas de Enrique
IV, en aquella plaza funesta, las risas y las burlas y en frente un religioso
cegado por su fanatismo, aquel fanatismo con el que fue juzgado un rey inocente
y por esa misma inocencia será el quien se inmortalizara por todos los tiempos,
mientras, María Antonieta, la reina que se volvió loca por amor y por salvar al
hombre amado será olvidada para siempre.
María
Antonieta corre desesperada a la puerta pidiendo ayuda por que cree ver
fantasmas que la acosan, pero nadie corre a ayudarle, es cuando ella, riendo
dice ya no temerles, por que el infierno que vive ahora es suficiente martirio
como para ya temer a algo o alguien.
Se
escucha el sonido de las campanas anuncian el final de las cosas para todos, es
cuando la reina llama a Hortrud.
Hortrud
entra a la habitación y ve a la reina en ese estado, acercándose a ella le
pregunta que es lo que su señora necesita, entonces, abrazando a su doncella,
la reina le da las gracias a su siempre fiel sierva que nunca la abandonó en momento
alguno, la doncella llora desconsolada al ver a su reina en tal fase e
hincándose, le pide que no diga ese tipo de cosas ya que las cosas se van a
arreglar, entonces, María Antonieta pide a su doncella que se ponga de píe y
que celebre ya que son tiempos de fiesta, extrañada por lo que dice la reina,
Hortrud pregunta que es lo que hay que celebrar. María Antonieta responde que
la celebración máxima en el palacio del Fontainebleau, el regreso de Enrique IV
como rey de Francia, para esto, Hortrud se pone contenta de lo que la reina le
ha dicho, pero no le cree, de tal manera, la reina le comenta que para tener
una gran celebración necesita vino, entonces, le pide que traiga a la
habitación el mejor vino de la kava del rey junto con dos copas para celebrar
todos juntos, mientras, que le diga a Enrique que vaya a la habitación de los
reyes ya que ella lo esperará con ansia.
Hortrud
comenta que no puede sacar al rey de la habitación en la que esta detenido,
pero la reina la reprende y pide que
exija a los guardias que dejen salir a su rey, ya que la misma reina de
Francia ha dado esa orden. Hortrud obedeciendo sale de la habitación
apresuradamente.
Mientras
tanto, al haberse quedado sola la reina, esta saca de entre sus ropas un
pequeño frasco con un liquido, el cual a decir de la reina es el que dará la
luz a todos, y hará terminar esa odiosa tortura. Corriendo hacia las flores
regadas en la habitación, la reina toma todas estas y las vuelve a acomodar en
su florero original, mientras, Hortrud llega con las copas y el vino que María
Antonieta había pedido, y le dice a la doncella que puede dejar el vino y las
copas en la mesa y además, le pregunta si pudo sacar al rey de la habitación,
es entonces, que la dama le contesta que si ha podido y en cualquier momento
llega el rey, entonces, María Antonieta pide a su dama que sirva esas copas y
que salga por que ha de celebrar con el rey la hora de la libertad y de que ha
llegado la luz de nuevo a Francia. Hortrud obedece al instante y sale presurosa
de la habitación, y quedándose de nuevo sola la reina saca ese pequeño frasco y
lo vacía en una de las copas. Tomando en su mano la copa en la que vació ese
extraño liquido sola comenta que es la hora de la luz, es el momento en que toda
Francia dirá que se ha hecho justicia al fin, los verdaderos pecadores van a
pagar sus males, mientras que los justos serán venerados y congraciados con la
vida eterna.
Entra
Enrique a la habitación y corre sin pensarlo a los brazos de la reina y fundiéndose
en un gran beso, agradece que lo haya sacado de la habitación, la horrenda
espera lo estaba llevando al borde de la locura, besándose de nuevo María
Antonieta le pide que no caiga en eso, no será suficiente con mas desquiciados
en el palacio y en la tierra.
Enrique
extrañado pregunta por que su mujer ha dicho tales palabras, entonces, María
Antonieta le pide que no la cuestione y que se prepare es momento de celebrar,
ha dispuesto todo para que haya una gran fiesta en el palacio como aquellas en
las que se solían dar en el gran salón, a todo distinguido huésped incluso a incómodos
embajadores o insignificantes consejeros.
Enrique
le pide que ya no hable de esa manera, esta sorprendido de ver flores
destruidas y pregunta por que están así, para esto, María dice que son las
únicas que encontró en el jardín, el jardín ha estado descuidado y no pudo
encontrar mejores ejemplares, entonces la reina le comenta que ya no puede
esperar mas y que celebre junto con ella su libertad. Enrique toma la copa pero
le pide a su amada que ya no diga incoherencias, sabe claramente que ha perdido
el juicio, y aun así como le juro ante la catedral el día de la coronación la
va a amar como a su alma misma. María Antonieta le pide que confié, pronto
ambos estarán en un mejor palacio, lleno de luz y de cosas buenas, como lo
habían pensado cuando llegaron al Fontainebleau, María le pide que ya no se
detenga mas y que beba ese vino que trajo especialmente para él, sin dudarlo
Enrique bebe ese vino sin darse cuenta que era el vino que contenía el veneno
que la reina puso sobre él.
María
Antonieta le pide a su marido que la acompañe a la cama y que se juren de nuevo
el amor que se tienen ambos, sin dudarlo una vez mas Enrique acompaña a María a
la cama. Ya en aquel mueble, Enrique comienza a llorar desconsoladamente, pide
perdón a su mujer por haber faltado a su promesa aquel día que se casaron, le
jura él que ha sido siempre inocente y nunca se atrevió a matar a alguien,
arrodillándose a ella le responde que es la injusta vida quien lo ha juzgado, y
aunque pareciera mentira el amor nunca se fue. ¿A quien mas no amaría el rey de
Francia sino a María Antonieta? Pidiendo perdón y llorando le dice que sea
coherente y que su fin esta cerca, le confiesa que no quiere morir humillado
como lo ha dicho el inquisidor pero es el destino que le espera. María
Antonieta llorando también, le dice que no tema el vivirá mas de lo que cree
por que es así como ella lo ha arreglado, nunca le dará el gusto a ese pueblo
insensato de ver a Enrique IV fundiéndose en los leños con fuego. Enrique
abrazando a su esposa le jura que la ama tanto que no importa como será su
final, que éxtasis tan grande el saber que Enrique es amado una vez mas, y
nunca abandonado como lo hizo su pueblo con él, como alguna vez dijo que se
hunda el mundo el amor ha llegado a él, es Enrique IV rey de Francia quien ama
como el solo a María Antonieta, que anden y canten y celebren todos los humanos
que el amor se ha quedado en un solo lugar y es la Francia, aquella Francia ansiada
por muchos barbaros pero que solamente es de una sola pareja, aquella que se
ama sin importar que un pueblo cegado por el hambre y la sed de sangre quieran
sus cenizas en una plaza, ni por aquellos que piden que muera para tomar un
lugar que no les pertenece, por que esto es la obra de Dios, el amor es la
máxima herencia que dejo el creador a sus Hijos y al menos en dos de ellos aun
existe, que mas da morir de amor, si es con la persona amada, que vivan los
reyes de Francia y que viva el amor en ellos. María Antonieta le pide que la
ame siempre por que ella de ese día en adelante siempre lo amara más que nunca.
Enrique jura que así ha sido siempre. Lentamente Enrique comienza a sentirse
mal , el veneno esta comenzando a surtir efectos en su cuerpo, es cuando
Enrique pregunta que es lo que le pasa, María Antonieta le pide que no tema es
algo natural mientras que la ame, entonces, Enrique horrorizado se levanta y le
reclama que lo ha envenenado, María Antonieta le pide que la entienda ya que
era la única salida, entonces, Enrique sucumbiendo a los síntomas y quedándose
con poca respiración corre de nuevo a los brazos de su amada y le responde que
ha sido una buena decisión, a fin de cuentas su final estaba escrito y al menos
quiere morir en los brazos de María Antonieta.
La
reina le pide que ya no se agite y que mejor le diga una vez mas que la ama, y
que planeen juntos su nuevo futuro, es entonces, que Enrique se postra sobre el
regazo de su amada y poco a poco comienza a decirle que se irán de Fontainebleau
y vivirán en las montañas a las afueras de Francia, María Antonieta le responde
que todo lo que el decida para ella será acatado y perfecto, mientras, Enrique
no puede con los síntomas del envenenamiento y le pide a su amada que no se
aleje de él por que la hora final esta cerca, sus últimos respiros los quiere
pasar a lado de ella, apretando fuerte la mano de la reina, ella le dice que
duerma ya que su amor siempre estará con él, poco a poco Enrique va quedándose
dormido hasta que… Finalmente el rey muere.
María
Antonieta loca y desconsolada llora y tomando el cuerpo ya sin vida de Enrique
le dice que lo amara para siempre y lo que hizo fue que viera la luz en su
palacio, y es entonces, que ella le da un gran beso a ese hombre ya muerto. De
pronto se escuchan los gritos de Hortrud que apresurándose le dice a la reina
que son libres, entonces, la mujer abre abruptamente la puerta y ve a María
Antonieta riendo abrazando el cuerpo de Enrique, mientras que la doncella le
dice que ya son libres por que Matilde ha denunciado a Gastón ante el santo
Oficio y este ha sido detenido, pero se percata que el rey yace muerto en los
brazos de María Antonieta, mientras que la reina ríe enloquecida, le dice a su
dama que si, ya son libres, el rey se ha ido…¡El rey es libre! Pegando un grito
de horror Hortrud cae desmayada ante la horrenda escena y María Antonieta loca
sigue riendo y celebrando la libertad del rey.
FIN
DE LA OBRA